El nuevo edificio se sitúa en una ladera en pendiente y responde a un esquema en “L”. El mayor desarrollo longitudinal es para la zona de aulas y servicios y el otro para las dependencias de profesores y sala polivalente. El acceso al edificio se encuentra precisamente en la unión de ambas alas, completándose con la marquesina de ingreso desde la entrada principal. Esta solución permite delimitar un espacio de uso restringido para el aulario, independizándolo del resto del colegio, al tiempo que se muestran las aulas como elementos clave del centro escolar. El cuerpo principal de aulas se resuelve con una cubierta a un agua que se prolonga hacia la fachada principal con un vuelo de gran dimensión, soportado por un sistema de tirantes metálicos desde la fachada. Esta solución de cubierta se justifica por el alto régimen de lluvias de Sabiñánigo y a su vez permite la caracterización del edificio a través de unos elementos formales interesantes.
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