El edificio más alto del Valle del Ebro acoge ya a sus habitantes en sus 106 metros de altura y 30 plantas. Con estos números, se consolida como el edificio residencial más elevado de la capital aragonesa y el segundo si se tienen en cuenta estructuras no residenciales como el emblemático Pirulí de Telefónica.
Sus 285 viviendas distribuidas en 2 escaleras van a estar habitadas por alrededor de 1.000 personas, que vivirán con el mayor confort y ahorro energético gracias a los criterios Passivhaus que se han tenido en cuenta para su diseño, así como por los materiales utilizados en su construcción.
Sus 285 viviendas distribuidas en 2 escaleras van a estar habitadas por alrededor de 1.000 personas, que vivirán con el mayor confort y ahorro energético gracias a los criterios Passivhaus que se han tenido en cuenta para su diseño, así como por los materiales utilizados en su construcción.
La verticalidad del edificio refleja su volumetría y huye del efecto colmena tan usual en los grandes bloques de viviendas. El contraste de colores claros y oscuros que presenta el edificio consigue desdibujar los huecos abiertos en las fachadas, generando solo un conjunto de franjas horizontales y verticales que simplifican su geometría.
Gracias a su privilegiada ubicación, se ha convertido en el foco de todas las miradas ya que es la primera imagen que se tiene al llegar a la Estación Intermodal de Zaragoza-Delicias y se observa desde todas las grandes vías de comunicación que rodean la ciudad.
Con todo ello, Torre Zaragoza marca un hito no solo por su altura y volumetría, sino también por ser el primer edificio residencial del nuevo barrio del Ave, con una gran proyección a futuro gracias a otros proyectos como Adarve Residencial, que se ubicará en la parcela contigua y de cuya promoción se encarga también Grupo Plaza 14.