Actualidad

Agile: otra manera más flexible de trabajar en equipo

 

La metodología Agile surge tras una reunión de 7 personas de entornos de la programación (Utah, 2001) para mitigar los posibles imprevistos que pudieran afectar a la calidad final de un proyecto y a su desarrollo.

Hoy en día, esta metodología de trabajo puede ser aplicada casi a cualquier entorno de trabajo con las adaptaciones pertinentes; en nuestro caso, la arquitectura y la construcción.

El mundo de la programación está en constante cambio y, sin embargo, la construcción y la arquitectura, salvo algunas excepciones, son más reticentes al cambio. La arquitectura parece ser ajena a esta metodología, siendo que su aplicación podría derivar en una optimización de recursos y esfuerzos.

¿Cómo surge Agile?

El método Agile surge para mitigar algunas de las carencias que tiene el método tradicional o Waterfall (“cascada” en inglés), denominado así por su carácter secuencial. En primer lugar, se definen los requerimientos del encargo, se analizan y sintetizan. Y, en segundo, se plantean las hipótesis, se valoran, se implementan y finalmente, se llega a la producción.

El primer problema al que se enfrenta esta metodología reside en el briefing, es decir, el momento del encargo en el que el cliente describe sus necesidades. Puede que sea incompleto y que, por lo tanto, el equipo de diseño/desarrollo haga una mala interpretación de la voluntad del cliente; o bien que sea cambiante, es decir, que el cliente cambie de opinión para adaptarse al mercado o por otros motivos.

La principal desventaja de este método de cascada es que el cambio no forma parte del proceso, ya que en una sola reunión con el cliente no se puede conocer el alcance real del proyecto. Por su parte, el método Agile considera que el proyecto es siempre factible, hecho que puede variar a lo largo del tiempo, lo que lleva a una sobreabundancia de papeleo y documentación.

El método Agile pretende solucionar estos problemas integrando el cambio dentro del proceso de diseño.  El cambio, aunque bienvenido, no puede ser constante. Se pautarán los momentos en los que hacer revisiones del proyecto y se comprobará que se cumple con los requisitos deseados.

plan-agile-funcionamiento

Agile surge en el campo de la programación, pero se puede extrapolar a la arquitectura. En nuestro sector, es imprescindible convencer a nuestros clientes de que con esta forma de trabajo los cambios en un proyecto afectarán escasamente sobre el mismo. Para ello, el equipo tiene que tener una comunicación fluida y dar a conocer en qué punto se encuentra cada integrante, actualizando periódicamente la información. 

En 2001 se establecieron los 12 principios Agile que, junto con los valores implícitos en esta metodología, garantizan el buen funcionamiento del sistema, ya que parten de la confianza y respeto por el otro. Para ello, los equipos tienen que funcionar de manera autónoma y los jefes deben favorecer la comunicación. 

¿Cómo funciona esta metodología de trabajo?

– Analizar diseñar, codificar y comprobar son actividades continuas.

– El proceso de diseño es iterativo: se hace el modelo completo y se va mejorando en sucesivas fases.

– La planificación se adapta: los caminos que nos pueden llevar al resultado final no tienen que ser los planeados.

– Los roles se mezclan, se parte de una autonomía del equipo, es decir, pueden establecer la mejor manera de organizarse y de alcanzar sus hitos.

– El alcance puede variar.

– El coste del cambio no significa necesariamente variar mucho: el cambio es parte del proceso. Desde el primer momento se establecen una serie de reuniones con el cliente para cerciorarnos de que todos estamos entendiendo lo mismo y que los cambios están actualizados.

 

gráfico de la metodología Agile

Algunas de las empresas más potentes, como Facebook, Apple, Zara o Paypal, utilizan la metodología para agilizar sus procesos de creación y de gestión, ya que sus equipos «innovan más rápido, detectan los errores más rápido y encuentran mejores soluciones a los problemas” (Duhigg, 2016). Además, sabemos que la gente que trabaja en equipos está más predispuesta a estar contenta con sus trabajos, y que las compañías que apoyan el trabajo en equipo disfrutan de un aumento en su rentabilidad.

Es muy importante mantener al equipo en funcionamiento óptimo, para lo cual habrá que promover la comunicación efectiva, aceptar la diversidad en el equipo, y prever los conflictos internos y externos.

El empleo de una metodología Agile en la arquitectura puede ayudar a ser más flexibles y a mejorar la capacidad de adaptación dentro de un sector que, tras la crisis, está cambiando su manera de hacer.

 

¿Cómo adaptamos e implementamos esta metodología en la arquitectura?, ¿se te ocurre alguna idea? En mi próximo artículo del blog os contaré nuestra formar de implementarlo en Ingennus.

 

Por Laura Carlosena

Imágenes: Agile in a Nutshell